La fundación de Roma se asocia a la leyenda de Rómulo y Remo, gemelos nacidos de la unión del dios Marte y Rhea Silvia.
La Monarquía Romana se inicia con el gobierno de Rómulo en el año 753 a.C. y concluye en el año 509 a.C., con la expulsión del rey Tarquino El Soberbio.
Se conoce como monarquía romana al régimen que precedió a la República de Roma, y aunque no es posible contar con información fehaciente, los historiadores coinciden en que esta se inició tras la fundación de Roma, a orillas del río Tiber en el año 753 antes de Cristo.
El período de la monarquía romana hasta el año 509 a. de C., momento en que es expulsado el rey Tarquinio el Soberbio.
Durante esta etapa, los destinos de Roma fueron regidos por siete reyes, pertenecientes a dos dinastías: la dinastía latina y la dinastía etrusca.
Reyes de la monarquía romana
A la dinastía latina corresponden los reyes Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco Marcio. De la dinastía etrusca formaron parte Tarquino el Antiguo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Rómulo creió un primer ordenamiento jurídico y distribuyó al pueblo en tres tribus, cada tribu tenía asignadas diez curias y cada curia debería poner a disposición del ejército 100 infantes y 10 jinetes. Además creó una asamblea de ancianos notables, el Senado.
La primera forma de organización política fue de tipo monárquico nos lo confirman los restos arqueológicos y la tradición. En las excavaciones llevadas a cabo en la Regia (casa donde vivía el rey) del Foro Romano, apareció un vaso de bucchero fechado a mediados del siglo VII a.C., con la inscripción Rex.
La primera forma de organización política fue de tipo monárquico nos lo confirman los restos arqueológicos y la tradición. En las excavaciones llevadas a cabo en la Regia (casa donde vivía el rey) del Foro Romano, apareció un vaso de bucchero fechado a mediados del siglo VII a.C., con la inscripción Rex.
Asimismo se encuentra la palabra regei inscrita en el Lapis Niger, cipo del Foro, que contiene una ley sagrada.
Se basaba en tres elementos:
- El rey. Era la autoridad máxima. También era el sacerdote supremo, juez y jefe militar. El rey era elegido por la Asamblea Popular, a propuesta del Senado.
- Los comisios o asamblea popular. Estaba integrada por los ciudadanos, era convocada por el rey, para aprobar o rechazar las leys por aclamación unánime. Esto tenía lugar al pie del Capitolio. Eran un grupo de instituciones esenciales en el gobierno de la Antigua Roma y, junto con el Senado Romano, eran los principales órganos de representación política del popules romnus (pueblo romano). A diferencia de las cámaras legislativas modernas, estos cuerpos representativos combinaban poderes y funciones de orden legislativo, judicial y ejecutivo junto con los cargos que elegían: las magistraturas romanas (mientras que al principio- durante la monarquia romana- el Senado era una cámara deliberadora, y no poseía poderes legislativos ni jurídicos, pero con el tiempo -en la República Romana- se convirtió en el centro del poder político). Aunque no existía una separación de podres, el intrincado equilibrio constitucional fue notablemente elaborado. Los comicios o asambleas poseían poderes amplísimos, incluso el de hacer leyes retroactivas (ex post facto).
- El senado. Estaba conformado por 300 ancianos patricios, padres de familia. Su función era aconsejar al rey y presentar los candidatos para la sucesión al trono. Este cargo sí era vitalicio.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
LA FAMILIA. La familia era la base de la organización social y estaba conformada por el padre, la madre y los hijos.
El padre era la máxima autoridad del hogar, jefe, juez y sacerdote familiar. Tenia derecho a la vida o muerte de su esposa y de sus hijos, pudiéndolos vender en ciertas ocasiones como esclavos.
La madre, se dedicaba exclusivamente a los quehaceres del yogas. Las mujeres romanas contaban con mas libertad que las mujeres griegas, pues acompañaban a sus esposos a las grandes ceremonias y actos públicos.
Los hijos no tenían libertad aunque fuesen casados. A esta dependencia se les llamo patria potestad. Los matrimonios podían adoptar un hijo cuando no tenían descendencia.
LAS CLASES SOCIALES. En la monarquía romana existían las siguientes clases sociales: los patricios, los plebeyos, los clientes y los esclavos.
LOS PATRICIOS O POPULUS. Eran los que formaban la clase aristocrática y constituían el verdadero pueblo, con plenos derechos ciudadanos. Se creían descendientes de los fundadores de Roma.
LOS PLEBEYOS. Conformaban la clase social mas numerosa, integrada por ciudadanos de origen diverso, tales como extranjeros, libertos, vagabundos y habitantes de las ciudades dominadas.
Inicialmente aumentaron sus derechos políticos, sociales, militares y religiosos. Posteriormente en forma gradual fueron ganando el derecho a la ciudadanía romana. Se dedicaban a la agricultura, el comercio, la industria y pagaban impuestos al Estado.
LOS CLIENTES. Eran hombres libres pero de condición pobre. Se encontraban bajo el amparo del padre de familia quien les daba vivienda y tierras para el cultivo.
LOS ESCLAVOS. Esta clase estaba constituida por los prisioneros de guerra y los hombres comprados en los mercados. Eran considerados como animales o cosas, sin derecho ni siquiera a la vida. Trabajaban en obras de construcción, en la agricultura y el servicio doméstico.
CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO EN LA MONARQUÍA ROMANA
El Rey era la cabeza del gobierno. Su poder comprendía atribuciones políticas, judiciales, religiosas y militares; las cuales, englobadas en el concepto de imperium, eran vitalicias y dotaban al monarca de irresponsabilidad e inviolabilidad personal.
El rey velaba por la convivencia pacífica entre los habitantes de la ciudad, para lo cual tenía facultades de legislador y juez supremo, pudiendo disponer, en el marco de dichas atribuciones, de la vida de sus súbditos. También le era propio cuidar las buenas relaciones entre la comunidad y los dioses, estando dotado para ello del ius aspiciorum, esto es, de la facultad de consultar la voluntad divina a través de la interpretación de ciertas señales denominadas auspicios (auspices). En tiempos de guerra, era el comandante supremo del ejército.
El poder del Rey no era hereditario. Fallecido el monarca, el gobierno pasaba a los senadores, quienes se turnaban para ejercerlo por períodos de cinco días, bajo el título de interrex, en espera de que el Pueblo eligiera un nuevo Rey. Dicha elección debía ser ratificada por el Senado. Si los senadores daban su aprobación, procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino. La respuesta positiva de los dioses significaba la legitimación incuestionable de la autoridad del nuevo monarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario